TERAPIA EMDR EN GIRONA
El EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) es un enfoque terapéutico orientado a la sanación emocional. Parte de la idea de que muchos de nuestros problemas psicológicos surgen de experiencias difíciles o impactantes que no pudieron ser procesadas adecuadamente en su momento.
Cuando vivimos una situación demasiado intensa o prolongada, nuestro cerebro puede no lograr “digerirla” del todo, dejando esa información atascada en la memoria y generando malestar en el presente.
La terapia EMDR ayuda a liberar esos bloqueos emocionales, permitiendo que el sistema nervioso complete el proceso natural de asimilación y que esas experiencias pierdan su carga negativa. De este modo, el pasado deja de interferir en el presente y podemos vivir con mayor calma, equilibrio y claridad.
QUÉ ES LA TERAPIA EMDR
CÓMO FUNCIONA EL EMDR
El EMDR activa la capacidad natural de autocuración que todos tenemos.
Durante el proceso terapéutico, psicólogo y paciente trabajan juntos para acceder a recuerdos, emociones, creencias o sensaciones que están generando malestar, ayudando al cerebro a desbloquear, procesar e integrar esa información de una forma más saludable.
A través de la estimulación bilateral, el cerebro inicia un proceso de reprocesamiento emocional que permite liberar la carga acumulada y recuperar el equilibrio interno.


EN QUÉ CONSISTE LA TERAPIA EMDR
Como en cualquier proceso terapéutico, en el enfoque EMDR el primer paso es realizar una evaluación inicial para comprender a fondo qué te está ocurriendo.
Una vez identificado el origen del malestar, comenzamos a trabajar combinando diferentes intervenciones junto con la técnica EMDR propiamente dicha.
Esta técnica se basa en la estimulación bilateral, un procedimiento que activa de forma alternada los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro. Se ha comprobado que este tipo de estimulación facilita el reprocesamiento y la liberación de emociones bloqueadas.
Para ello, se pueden utilizar distintos métodos: los movimientos oculares (siguiendo con la mirada los dedos del terapeuta), los sonidos bilaterales (alternando entre oído izquierdo y derecho) o la estimulación táctil alternante (suaves toques rítmicos en las rodillas o los hombros).
